Tras haber tratado la filosofía aristotélica en el artículo previo, abandonamos la etapa antigua para entrar a la etapa medieval. La reflexión pasará de ser en relación al ser humano; y la Naturaleza (esta última antes del giro antrpológico) al asunto de Dios, tratando de responder preguntas como las siguientes: ¿Existe un dios? ¿Existe el Dios cristiano? ¿Dios es bueno? ¿Existen el cielo y el infierno? ¿Existe el perdón de Dios? ¿Cómo crea Dios? entre otras...
Recuerde que el comienzo de la Edad Media se sitúa generalmente alrededor del 476 D.C. con la caída del Imperio Romano de Occidente, esto sucede dentro del S. V D.C.. Así, alrededor del año 1 D.C. nace, en principio, Jesús de Nazaret, un personaje histórico de los más influyentes de toda la historia de la Humanidad, por ser el predicador de la religión cristiana, que tanta relevancia ha tenido y tiene a lo largo de toda la historia. Un claro ejemplo es mismamente el calendario que usamos, el calendario gregoriano, que sitúa el nacimiento de Jesús como el principio de todo.
Entre Aristóteles (S. IV A.C.) y San Agustín de Hipona, filósofo cuyo pensamiento trataré de abordar en este artículo (S. IV-V D.C.) hay unos 8 siglos de diferencia. Durante este tiempo la Filosofía no ha estado inactiva, aunque en selectividad no entra ningún autor relevante de estas épocas. Más adelante, haré un artículo en relación a las escuelas helenísticas. Quizás le suenen las escuelas estoicas, escépticas, y epicúreas, entre otras.
Por último y antes de entrar directamente con San Agustín, hemos de aclarar una polémica que existe con los filósofos cristianos. Usted no necesita creer en nada de lo que dicen para entenderlo. Puede estar o no de acuerdo con lo que argumentan. Me parecía importante aclarar esto porque a algunos alumnos (yo pequé con el ejemplo) nos costaba entender este filósofo por no ser cristianos y no creer lo que dice. No ha de infravaolorar o sobrevalorar a este filósofo por el simple hecho de ser cristiano.
Ahora bien, le recuerdo que cualquier filósofo, y en general cualquier argumentación ha de ser vista desde un punto de vista crítico. Este es uno de los motivos por los cuales es importante aprender Filosofía, para aprender a criticar.
Contexto histórico e influencias
Como explicábamos al comienzo, el Imperio Romano de Occidente cae oficialmente en el 476 D.C., con al derrota de Rómulo Augusto por Odocaro, el rey de los hérulos; tras haber pasado el Imperio por una época decadente. San Agustín de Hipona nace en Tagaste, actual Argelia, en el año 354 D.C., y fallecerá en Hipona, en el 430. Por tanto, vivió la época decadente del Imperio.
El cristianismo pasó de ser una religión perseguida en el Imperio, a convertirse en legal con el Edicto de Milán (un acto jurídico) en el 313 D.C., por el emperador Constantino, y en culto oficial en el 380 por Teodosio I. Sin embargo, San Agustín pasa por varias religiones antes de convertirse finalmente al cristianismo, siendo de las más importantes el maniqueísmo. Los maniqueos defendían que el mal poseía existencia ontológica propia, como el bien. De forma que el bien y el mal estarían en una lucha constante, una lucha entre luz y tinieblas, entre el "Padre de la Majestad" y el "Rey de las Tinieblas".
No obstante, esta perspectiva no le daba mucha paz, digámoslo así, a San Agustín, de modo que finalmente termina convirtiéndose al cristianismo tras una juventud repleta de pecados (su hijo, Adeodato, nació fuera del matrimonio, por ejemplo). Sin embargo, el modelo cristiano no era perfecto, y este autor tuvo que enfrentarse a algunas cuestiones filosóficas, como el problema del mal, que trataremos en profundidad más adelante. Este cuestiona el hecho de que, si Dios es bueno, ¿cómo es posible que exista el mal en su creación?
Así, San Agustín [IMG-1] fue de los más importantes filósofos de la época medieval, tratando principalmente cuestiones relacionadas con Dios. Se suele decir que San Agustín "cristianizó" la filosofía de Platón, como hará dentro de casi 1000 años Santo Tomás de Aquino con la filosofía aristotélica.
Metafísica, Teología y Epistemología; DIOS
Justificación de la existencia de Dios
San Agustín habla de dos formas de demostrar la existencia de Dios. La primera es mediante la Fe. Este concepto se puede definir de varias formas: en un contexto más general, se podría definir como una fuerte creencia en algo, con o sin pruebas. Sin embargo, bajo la filosofía de San Agustín este concepto es esencial y complementario a la Razón, como trataremos más adelante.
Entonces, mediante la Fe San Agustín afirma la existencia de Dios. No obstante, planteará varios argumentos para demostrar su existencia mediante la Razón:
La existencia de Dios, técnicamente hablando, no es demostrable. Al igual que tampoco se puede demostrar su no existencia. De modo que este debate es de los más relevantes en la Filosofía, junto al de libre albedrío que trataremos más adelante.
Todo lo que hay son argumentos, a favor o en contra, de la existencia de Dios. Uno de los más interesantes a mi juicio es el argumento del ajuste fino (o fine tuning, en inglés), que argumenta que en el Universo existen una serie de constantes, como por ejemplo el Número de Avogadro, la Velocidad de la Luz o la Constante de Gravitación. Estas constantes están tan precisamente ajustadas, que un pequeño cambio en una de ellas provocaría que no se pudiera dar la vida [1]. Así, se puede usar este hecho para argumentar que estas constantes han sido establecidas por un dios, un ser intelectual que ha diseñado el Universo; suponiendo que no se hayan dado por azar.
Versiones más simples de este argumento ya fueron planteadas por filósofos de la antigua Grecia, como el nous de Parménides, que viene a ser una inteligencia ordenadora del Universo. San Agustín sigue una línea de argumentación similar, afirmando que un mundo tan perfecto y ordenado no puede ser causa del azar. Este argumento sería el argumento cosmológico, por el orden del cosmos.
Otros argumentos son el de consenso (la mayoría de los hombres entonces creían en Dios; y si lo piensa, todas las religiones tienen en común el hecho de tener agún tipo de deidad), el psicológico (a través de nuestra alma podemos descubrir a Dios, de una manera similar a lo que planteaba Platón con la Teoría de la Reminiscencia), y finalmente, el epistemológico (existen una serie de ideas inmutables en nuestra alma, como la idea de Justicia o la idea de Bien en Platón. Estas ideas no pueden provenir de lo material, puesto que está en constante cambio, de forma que han de provenir de Dios).
Creación del Universo
San Agustín defiende una postura creacionista, a saber, que todo ha sido creado por Dios desde la nada. Para explicar el proceso de creación, recurre a una teoría similar a lo que proponía Platón con el Demiurgo. La Teoría del Ejemplarismo que propone San Agustín afirma que Dios crea los seres a partir de ideas perfectas, ideas que no están en un Mundo de las Ideas si no en la propia mente perfecta de Dios. Se podría decir así que el Mundo de las Ideas está contenido por Dios. A estas ideas las llamaremos arquetipos. Además hablaba de las razones/rationes seminales, que vienen a ser semillas que son introducidas en la materia, de la cual surgirán progresivamente seres en el futuro.
De igual manera a como argumentaba Platón, San Agustín defendía la existencia de materia y forma (esencia). Regresaremos a esto más adelante, en la sección de antropología.
Este autor atribuye a Dios la perfección, además de ser omnipotente (que tiene todo el poder, que todo lo puede), omnisciente (que todo lo conoce), eterno, imperturbable, infinitamente bueno o omnibenevolente, y además le atribuye la cualidad de ser personal. Entonces, todos los seres humanos somos copias imperfectas, creadas a imagen y semejanza de Dios (¿no le recuerda esto a Platón, con las ideas y las copias?).
Problema del mal
Ahora bien, cuando San Agustín afirma que Dios es bueno, se enfrenta a un importante problema: ¿por qué existe el mal? Si dios es realmente bueno no hubiera permitido la existencia del mal en La Tierra.
En el siguiente esquema [IMG-2] vemos un resumen de la Paradoja de Epicuro, autor que ya abordó el problema del mal:
Como podemos ver, Epicuro argumentaba así que es imposible que exista un Dios omnipotente, omnisciente y omnibenevolente (infinitamente bueno) al mismo tiempo. Sin embargo, San Agustín pensaba distinto: él sostenía que el mal existente en la creación era necesario para que pudiera existir un bien mayor: la libertad. Este filósofo era partidario del libre albedrío, que es la postura que afirma que los seres humanos tenemos verdadera capacidad de elección.
El debate del libre albedrío es uno de los más importantes y discutidos en toda la Historia de la Filosofía. A continuación presento un esquema [IMG-3] con todas las posiciones metafísicas de este debate:
[IMG-3]
En contraposición al maniqueísmo al que San Agustín estuvo adherido por un tiempo, sostuvo que el mal era ausencia de bien, o ausencia de perfección, de forma que no tendría existencia propia. Puede usted recurrir al ejemplo de la luz y la oscuridad, siendo la oscuridad (el mal) ausencia de luz (el bien).
Razón y Fe, Teoría del Conocimiento
San Agustín se aproximó de cierta manera al "pienso, luego existo" de René Descartes. Él dijo la "me engañan, luego existo". Además, afirmó la existencia de la verdad, en vista de que la negación de la existencia de la verdad se contradice a ella misma, puesto que al negar algo afirmas la verdad de dicha negación, por tanto ha de existir la verdad.
Este autor afirma que la Fe y la Razón son formas complementarias de conocer: "Intellige ut credas, crede ut intelligas" (entiende para creer y cree para entender). Así, la Razón sería representada por la Filosofía, y la Fe por la Teología y la Revelación divina. No obstante, ante una contradicción San Agustín decía que la Fe debía predominar frente a la Razón.
De manera similar a como hizo Platón, San Agustín realizó una división de los grados del conocimiento. Su "doxa" (opinión) sería lo que el denominó el Conocimiento Sensible, cuyo origen reside en los sentidos. El "epísteme" (sabiduría) quedaría dividido en dos: el Conocimiento Racional Inferior o las Ciencias, basada en el método inductivo para averiguar los principios universales; y el Conocimiento Racional Superior o Filosofía, que permite el conocimiento de lo inmutable, aquello que no proviene de los sentidos.
Paralelamente a la Teoría de la Reminiscencia, San Agustín de Hipona postuló su Teoría de la Ilumiación, y afirma así que al más puro conocimiento, el Racional Superior o Filosofía, sólo se podría acceder mediante un proceso de introspección, en vista de que Dios ha puesto estas ideas inmutables en cada una de nuestras almas.
Antropología y moral
Al hablar San Agustín de un Dios personal, afirma que nosotros, los humanos, estamos hechos a imagen y semejanza de Él. Luego los seres humanos tendremos una parte que proviene de los animales (la concupiscible e irascible en Platón), y una parte divina (la razón). Este filósofo defendió la unión accidental de Platón, con un cuerpo mortal y un alma inmortal que ha de buscar la salvación.
Contempló así tres virtudes en el alma humana, relacionando cada una de las virtudes con los tres personajes de la Santísima Trinidad. Al Padre le atribuye la memoria, la capacidad de recordar el pasado y relacionarlo con el presente, posibilitando así la creación de una identidad. Al Hijo le asigna la inteligencia o el entendimiento, el cual permite la resolución de problemas y el alcanzamiento de la Verdad. Y finalmente, al Espíritu Santo le concede la voluntad, que es la facultad que impulsa al ser humano a encontrar el amor y la felicidad en Dios. Entonces, San Agustín afirma que el alma debe gobernar el cuerpo, con objeto de lograr ese amor a Dios y unificarse con Él.
El Pecado Original
¿Y qué sucede con el Pecado Original? Por si no lo conoce, La Biblia, el texto sagrado de la religión cristiana, narra la historia de Adán y Eva en el capítulo del Génesis, los primeros seres humanos sobre la faz de La Tierra. Dios les concede el privilegio de vivir en el Jardín del Edén, del cual serían expulsados si tomaban el fruto prohibído del árbol del conocimiento del bien y del mal. Sin embargo, una serpiente convence a Eva para tomar el fruto, y seguidamente Adán lo prueba, de forma que son expulsados del Jardín del Edén. La siguiente imagen corresponde a una obra artística del momento recién descrito [IMG-4]:
Como han cometido un pecado y son los primeros seres humanos, en principio ese pecado será transmitido a toda la descendencia, es decir, a toda la Humanidad.
Como vimos anteriormente en la sección de Metafísica, San Agustín defiende que con el libre albedrío el ser humano podrá obrar bien (u obrar rectamente, como él dice). Sin embargo, teniendo en cuenta el Pecado Original, San Agustín argumenta que es necesario algo más para lograr la salvación del alma: la gracia de Dios.
Hubo doctrinas que se opusieron a esta idea, como el Pelagianismo, que argumentaba que el pecado no se transmite a la descenencia, y el Traducionismo, que sostenía que el alma de los hijos se hereda de los padres, negando así el Creacionismo agustiniano, que afirmaba que cada alma es creada por Dios al momento de nacer. Así, San Agustín razonaba que el Pecado Original no se transmite a través del alma si no del cuerpo.
Tipos de mal (ÉTICA)
En la sección con respecto al Problema del mal tratamos efectivamente la justificación que elabora San Agustín con respecto a este. Sin embargo, restaría añadir que este autor diferenció dos tipos de males:
El mal físico, terrenal o natural es el causado por agentes ajenos al hombre, ya sea una enfermedad, una catástrofe natural, etcétera... Este filósofo justifica este tipo de mal como vimos anteriormente, siendo este mal una especie de "medio indirecto" hacia un bien mayor.
El mal moral es el causado por un mal uso del libre albedrío que Dios ha concedido a los seres humanos. Como vimos anteriormente, es necesario que exista el libre albedrío, según San Agustín, para que el ser humano pueda obrar rectamente. Como consecuencia de ello, no es Dios el culpable de los malos actos, si no la persona, el pecador, por haber usado el libre albedrío contrariamente al propósito por el cual le fue concedido.
Política, Ética, y Filosofía de la Historia y del Tiempo
La cuestión del Tiempo
Este autor concibe la historia de forma lineal, con un principio (la creación), y un final (Juicio Final). También trata la cuestión del propio tiempo, tan difícil de explicar (¿usted nunca se lo ha planteado?), afirmando lo siguiente:
"Si me pides que me encuentre contigo mañana a una hora determinada, puedo hacerlo; pero, si me preguntas qué es el tiempo en sí mismo, carezco de respuesta." - San Agustín de Hipona [2].
Incluso a día de hoy no hay un consenso global con respecto al asunto del tiempo. Podemos llegar a decir que es "lo que tardan las cosas en cambiar", pero ese "lo que tardan" hace alusión directa al tiempo, y no se puede definir algo utilizando el mismo concepto.
Este es uno de los asuntos más complejos en su filosofía, y hay quién argumenta que en algunos puntos es contradictoria, como con la cuestión de la presciencia (conocimiento del futuro) de Dios y la inexistencia del futuro [2]. San Agustín afirma que el tiempo es creado por Dios durante el proceso de creación, de modo que Dios es "externo" al tiempo, no se ve afectado por él.
A modo de broma, se cuenta que cuando alguien preguntaba a San Agustín que qué hacía Dios antes de crear el Mundo, respondía: "Crear el infierno para quienes hacen ese tipo de preuguntas."
La Ciudad Terrenal y la Ciudad de Dios
En último lugar y en función del tipo de amor que uno tenga, este autor distingue dos tipos de ciudades:
Para aquellos que se amen a sí mismos por encima de todo asignará la Ciudad Terrenal. En esta Ciudad, será necesario el establecimiento de leyes para poder mantener cierto grado de paz, en vista de que sin ellas cada persona tenderá al bien individual, fomentando el desarrollo del caos.
En contraposición, para quienes amen a Dios por encima de todas las cosas hablará de la Ciudad de Dios, Ciudad en la cual las leyes no son necesarias gracias a que cada ser humano sabe lo que tiene que hacer y no dañará al prójimo.
En vista de lo anterior, San Agustín sostendrá que, tras el Juicio Final, la Ciudad de Dios se instaurará en La Tierra para quienes lo merezcan.
Conclusión
En este artículo he tratado de resumir la filosofía de San Agustín de Hipona de un modo relativamente ameno. Este autor fue, como decía, el primer gran filósofo del medievo, un periodo que durará algo más de un milenio, donde la Filosofía se centrará en la cuestión de Dios, con el auge del cristianismo como religión en Occidente.
La filosofía de cualquier autor ya es compleja de por sí, pero, generalmente hablando, podemos observar una tendencia a ser más específica y compleja (no por ello menos elegante); de modo que será más difícil el poder resumir todo el pensamiento de los autores.
Si está interesado en la filosofía de este autor, sepa que en la sección de Bibliografía le brindo las principales fuentes a las cuales he accedido para tratar la filosofia agustiniana. Asímismo, puede ser interesante la lectura (completa o parcial) de alguna de sus obras, como Confesiones o Ciudad de Dios.
Me despido deseándole un próspero 2025, en el cual, la Filosofía no falte.
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